Aquel muchacho, tuvo que comprender tempranamente los hechos y
al ver frustrada la ilusión temprana de aquel amor, pasó por la puerta donde
había depositado sus sueños y se marchó
con destino incierto lejos de ella.
Poco pudo hacer para revelarse ante el destino, que tirano le
marcó el camino que debía seguir.
Sus lágrimas nublaban el horizonte y temeroso siguió con la
firmeza de un arenal…
Mucha fue la pena y profundo el dolor. No supo ni quiso
transitar por el olvido y así fue que mantuvo en silencio su secreto.
El tiempo le marcó el camino para retornar…
Bastó mirar a los ojos de quien portaba la fragancia que
guardó en secreto para sentir lo que necesitaba para vivir…
El Hombre llegó hasta la puerta donde había depositado sus
sueños aquel muchacho…y reconoció en ellos su silencio.
Se entregó enteramente desde el alma y dio todo cuanto tenía
en su corazón.
Bastó con mirar a sus ojos.
Su amor se quedó para siempre en
el lugar donde partió alguna vez, dejando sus sueños....
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