domingo, 2 de noviembre de 2025

Como el Osvaldo Gustavo Troncoso

Osvaldo Gustavo Troncoso, el Osvaldo, como lo llamaban todos, llevaba diez años trabajando en la municipalidad, en el sector de Atención de Reclamos. Tenía un talento singular, reconocido por todo el palacio municipal: jamás resolvió un solo reclamo

Su método era infalible. Si el problema parecía complejo, lo derivaba. Si no tenía a quién pasárselo, lo cerraba y si alguien insistía, simplemente desaparecía el expediente. Era un maestro del arte de no hacer

Nadie entendía cómo seguía en funciones. Hasta que un día, el intendente decidió tomar cartas en el asunto. Como medida ejemplificadora, reasignó todo su trabajo a otro empleado, sin aumento de sueldo, y al Osvaldo lo mandó a la entrada, a repartir números para los turnos

“Que sirva como ejemplo”, declaró el intendente, satisfecho con su justicia administrativa. Pero la política es volátil. Las elecciones llegaron y el intendente con todo su gabinete tuvieron que dejar sus cargos. Al asumir el nuevo jefe comunal, fue recibido en la puerta por… el Osvaldo

Felicitaciones por el cargo¡! dijo, estrechándole la mano con solemnidad

¿Y usted qué hace acá? preguntó el flamante intendente

Osvaldo se irguió, miró al horizonte y respondió con voz firme: Estoy aquí para que sirva como ejemplo¡!

Conmovido por tanta humildad y entrega institucional, el nuevo mandatario lo nombró por decreto como asesor personal y hombre de confianza. Le otorgó el máximo escalafón salarial, delegación de firma y sello oficial

La gente, indignada, evitaba mencionarlo. Para disimular, comenzaron a referirse a él por sus siglas. Desde entonces, cada vez que un empleado mostraba las mismas virtudes que el ascendido jefe de asesores, se escuchaba en los pasillos: Este va a terminar como el OGT…

La luz de la sombra

Pobladas de color extiende la luz de sus ramas acariciando de sombras su raíz, regando de paz su savia aloja al visitante, abrazando su descanso, meciendo el atardecer cobijado al trino de los pájaros, respirando palabras, sembrando sueños, cosechando el fruto de sus silencios, se eleva hasta donde migran las miradas perdidas y anidan las respuestas

 

Imagen: Carolina Rivero