Camino al Butamallín

Donde el sol entibia la tierra y el cielo suave acaricia la fría blancura de los montañosos picos, entre las nubes se confunden el desplegado vuelo del viento y las alas abiertas de mis sueños

Aguas cristalinas descienden al llano a beber del rio su dulzor remojando su cansancio a orillas de la montaña

Por el rabillo de su corriente espía el entorno tieso del paisaje

Ahí nomás muy cerquita donde la tarde se hace sombra una brisa traviesa, atraviesa el mallín que en su humedal alberga historias de un tiempo con aromas a mar y en menos que un pensamiento el día se hace noche y el frio cala los huesos

Envuelta de luz asoma la luna y acompañada de soledad la inmensidad cobija la helada que baja de la montaña hasta el amanecer, que el sol entibie la tierra