miércoles, 6 de marzo de 2024

La traición de Pedro

Más que amigos eran hermanos. Se conocían casi desde la cuna. Vivian en casas lindantes. Atravesaron la infancia vestidos con las mimas anécdotas. Compartieron el banco todos los años de la escuela. Fueron juntos a catecismo. En todas las fotos estaban uno al lado del otro. Eran muy compinches; ambos sabían todo uno del otro. Muy unidos, así eran Juan y Pedro. Todo el mundo que los conocía decía eso. Es más, a nadie se le ocurría hablar mal de uno delante del otro, porque te la cobraban. No lo permitían. Su amistad era sagrada. Estaba por encima de cualquier cosa.

Por eso nadie se explicaba, porque se pelearon a muerte. Tan repentinamente. Sin nada que hubiera hecho prever el desenlace. Hombres de códigos, nada iban a decir.

Fue muy llamativo, como de un momento a otro, cortaron todo tipo de relación. Tanto que Juan tomó la drástica decisión de mudarse de casa y de barrio, para no tener que compartir ni el humo de los asados.

Tan contundente fue, que causó conmoción entre los vecinos. Los que, ante la falta de información, fueron en busca de Doña Ester, quien, por su condición de Chusma, algo debería saber. Solía estar siempre en la puerta de su casa o mirando por la ventana. Doña Ester tenía que saber… y sabia nomás.

Así fue que escoba en mano, comenzó a soltar la lengua y quienes lo escuchaban no podían creer lo que pasó.

La señora Isabel Palacio de Arnedo, presidente de la Cooperadora de la Sociedad de Fomento, se retiró indignadísima, junto a su hija, porque no quería que escuchará más la obscenidad de ese relato.

Los vecinos, fuera de sí, decidieron seguir a la Señora de Arnedo para hacer justicia por mano propia, y se llegaron hasta la casa de Pedro. Para sorpresa de todos, lo encontraron muy tranquilo arreglando los rosales del jardín, acción que desoriento a la turba. Si Pedro salía corriendo, les hubiera facilitado la decisión de lincharlo. Esa condición los obligó a hacer algo que no tenían pensado, que era hablar. Sin más remedio, lo rodearon y comenzaron a atosigarlo con cuestionamientos. “Cómo fuiste capaz de traicionar así a tu hermano” “Si te queda algo de dignidad, deberías pedirle disculpas a la familia” y así siguieron los planteos, que eran respondidos con total indiferencia por el acusado popular.

Terminaron ¡!! Les dijo mirando a todos a los ojos. Cómo pensaron todas esas calamidades¡? No pudieron pensar un poquito al menos ¿?

Es más, todavía no sé porque Juan se lo tomó tan a pecho. Si quien me dijo que su hermana estaba necesitando un favor, fue el, por la confianza que me tenía. Ustedes saben, que linda que es Andrea. Todo el mundo anda tras ella. Por eso mi amigo me confió a su hermana y yo hice lo que ella me pidió. Necesitaba presentar un formulario para obtener la ciudadanía española y como estaba ocupada con cosas de la facultad, fui a hacerle el trámite en el Consulado que me demoró toda la mañana

Nadie entendía nada. “Entonces porque Juan se fue del barrio tan avergonzado ??”

Lo que pasó es que ese día, era jueves de fulbito y por el favor que le hice a su hermana llegué tarde a la cancha. Cuando los muchachos me preguntaron que me había pasado, les dije la verdad. “ESTUVE TODA LA MAÑANA HACIENDOLE LA COLA A LA HERMANA DE JUAN” 

 

Imagen: https://www.facebook.com/p/YO-SOY-MAS-CHUSMA-QUE-LAS-VIEJAS-QUE-SALEN-A-BARRER-LAS-VEREDAS-100066864954026/

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