La fortaleza de mi debilidad es la raíz donde florezco de fe. Debería decir que el empeño, resume mi forma. Jamás bajé los brazos y nunca le quité el cuerpo a hacerme cargo.
Seguro estoy de mi camino y quiero transitarlo sembrando
sonrisas, tendiendo una mano a quien lo necesite. No se pedir, pero a cambio
doy todo lo que soy
No tengo ambición sino visión. De par en par mis ojos
repletos de miradas atesoran momentos que vivirán por siempre en mi alma
Como hojas secas, algunas muecas se desprenden de mi rostro,
para abonar la tierra de mis errores. Ser humano es mi esencia. Soy tan pecador
como el ladrón arrepentido y no oculto esa condición.
He de confesar que cuando siento que no voy a poder con todo,
tengo la certeza que quien me sostiene es el mismo que alienta a que siga sus
pasos… con el mismo empeño de siempre