Al frente una verja y una puerta con pasador que se dejaba oír
cuando alguien lo atravesaba
De timbre las palmas o algún grito para
llamar la atención
La mampara de vidrios biselados con
una ventana en el centro daba el hall donde pasábamos las tardes con Daniela
La ventana de nuestra pieza daba allí,
y la luz de mercurio de la calle iluminaba la oscura noche
De allí al comedor por una puerta de
madera; una mesa y cuatro sillas a su alrededor; el sillón apareció después del
Rodrigazo a cambio del departamento donde nací
Sobre la mesa un camino atravesaba de
este a oeste y en el centro adornaba una fuente y en su interior las cosas importantes
El piso de baldosas intercaladas unas
con otras, amarillas y rojas, encerado por Mamá, por eso usábamos patines
Olor a limpio era el fleet y se aroma
a tierra mojada de regar las plantas a la tarde; Cortar el pasto y arreglar el
jardín y esperar la noche para volver a salir a jugar
La cocina atrás con salida al patio y
vista al fondo con un cuartito pensado para cuando se agrandara la familia y
alguno necesitara refugio
Épocas de manualidad. Al crochet tejidas
mantillas, lucían en todos los ambientes. Agarraderas y posa pavas regalos
habituales
Al frente había tres arbolitos sobre
la calle, y tres rosales en el jardín; una yuca a la derecha y una ruda al otro
extremo
En el fondo, había limonero, ciruelo
y duraznero; una rosa china y varias flores de estación
Una montaña de escombros sobre la
pared de Doña Angélica y un tero dando vueltas…
Un día llegó un perrito blanco, regalo
de tía Julia, al que llamamos Pompón
Otro día, traje a Juan, un gato que en
honor a quien me lo había regalado, lo bauticé con su nombre y con el tiempo termino
siendo Juana, el día que tuvo cría
El patio era inmenso; con una puerta
que daba al fondo; la parrilla; la pileta donde mi vieja lavaba la ropa a mano
y la puerta de entrada alternativa a la casa
La veo a Daniela andando en patines y
yo jugando a la pelota en las siestas. Pobre Don Mario Piantanida, que no lo dejábamos
dormir, culpa de la pelota de goma y de tantas ventanas y sifones rotos
Lo veo a mi Papá, en medio de la
calle, mirando para el campito, esperándome que llegue de la escuela y a mi
Mamá con los ojos llenos de emoción el día que le dije que quería seguir sus
pasos
Al atravesar la frontera que dejaba
atrás la niñez y se avecinaba un horizonte oscuro… me escribió una carta que
aún hoy conservo
En su vientre he sido gestado y de sus
senos alimentado; en sus brazos recibí el primer sacramento y en su amor
fecundó mi Fe
En aquellas palabras recibí su bendición; sabia… sabía todo lo que viviría y me alentó a no renunciar jamás a mis sueños
Tu redacción invita a entrar en ese tunel del tiempo...vivirlo y hasta percibir los aromas.Vivencias y experiencias que llevaremos en el alma mientras nos dure la vida.
ResponderBorrarGracias por compartir amigo Patricio!...FELIZ DOMINGO
Graciela querida, muchas gracias por tan sentidas palabras. Paz y Bien
BorrarCADA VEZ ESCRIBIS MAS LINDO Y YO CADA VEZ ME EMOCIONO MAS POR ESTAR TAN INCLUIDA EN TUS HERMOSOS RELATOS.NO RECUERDO SI YA TE CONTESTE AYER PERO POR LAS DUDAS LO HAGO OTRA VEZ👍💖
ResponderBorrarLo que más importa, lo más hermoso, es que seguimos siendo tal como éramos. Tan actual que todavía jugamos como lo hacíamos entonces. Serás parte SIEMPRE, porque de esa fuente hemos bebido el elixir mágico de las siestas sin dormir... Ahora te dejo... tengo que remontar un barrilete. Un Beso enorme
BorrarHermoso texto Patricio!!! Y la foto preciosa lindo recuerdo
ResponderBorrarMuchas Gracias !!! Paz y Bien
BorrarHermoso Pato Querido, siempre compartiendo, muchas gracias!
ResponderBorrarUn fuerte abrazo Pablo !!! Paz y Bien
Borrar