Era una tarde más de un día como cualquiera
Las cuatro marcaba el reloj y el tiempo encerrado en un cristal miraba pasar la arena
El ventanal se escondía detrás de las cortinas que el viento intenso las hacía bailar
Nubes vestidas de gris oscurecían
el sol
Sobre la mesa el mantel, sus cálidos
colores lucía
El mate renovado y la pava silbando,
avisando que el agua ya está invitan a merendar
No hay como el aroma del pan
tostado y los higos en almíbar preparados por las manos de tía Rita Manuela
Endulzaron el momento y
alimentaron recuerdos repletos de infancia
Un paseo por los momentos de la vida llenos de hermosos recuerdos. Me gustó. Buenas noches, Patricio.
ResponderBorrarHermosos recuerdos y Dulces las manos que prepararon los higos con amor. Paz y Bien
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