Yacido el ocaso, oscuras luces ensombrecen las agujas del
reloj que marca el norte cada vez que dan las doce
Detrás del rímel pálido de la noche los versos desaparecen de
los labios como la verdad se oculta de la mentira para que no la engañe
Oppidum refugia el exilio transeúnte de las almas que vagan
terrenales regalando su sonrisa
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