Cuenta la leyenda que acusado por sentir, fue llevado a juicio el corazón, bajo los cargos de abuso de condición, palpitaciones y pulso
Fue declarado culpable de los males que afectaron a la razón por sus excesos
Solo debía latir dijo el Juez
Considerando un delito su osadía. La sentencia será eterna
Se lo condena de por vida a pasar el resto de su tiempo prisionero del silencio encadenado al dolor, confinado al destierro del olvido, en la isla de los recuerdos