Mirándote a los ojos

Nunca tuve posesiones ni quiero poseer más de lo que tengo

No quiero nada que no merezca, mucho menos guita que no gané con el sudor de mi frente

No me vendo por treinta monedas ni encano a ningún hermano por más que se encuentre en la vereda de enfrente

No me atraen espejitos de colores ni discursos de mil promesas.

A mis viejos les debo la vida y a Dios el aire que respiro. Así de simple me gusta vivir y así me quiero morir

Bendito sea quien se equivoca por hacer. El que tiene huevos se hará cargo y con el corazón tenderá su mano y mirando a los ojos pedirá perdón

En esta tierra estamos de paso y nadie se lleva previa la materia “se bueno”. No hay comprobación de méritos ni boletín de calificaciones en la escuela terrenal de la vida, pero el examen final se rinde allá arriba y si fueras con el “otro” para el horno, cargarás el peso de tu piedra como Sisifo 

Donde sea que llegues serás quien eres. Sin moneda que te eleve ni título que te habilite. Solo llevarás, el nombre que tus viejos te dieron y el bien que has hecho en los días que has vivido

 

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