Inspector sagaz
Destacado
miembro del servicio secreto
Por su fama,
acostumbraban a asignarle las misiones más complicadas. Nadie tenía sus
condiciones. Ninguno pudo conseguir tantos reconocimientos en virtud de su
eficacia, para resolver casos
Por el modo
de infiltrarse entre los sospechosos que investigaba, se había ganado el mote de
“el fantasma”
Sigiloso. No
daba indicios de lo que hacía. No confiaba en nadie más que en su propio
instinto
Hasta que un
día sus superiores, confiando en sus antecedentes, le encomendaron la misión
más difícil que jamás había enfrentado: Descubrir al líder de la organización criminal
conocida como “el coro”. Habían logrado desbaratar a toda la banda; interrogar
a cada miembro, pero ninguno delató a su líder.
Resultaba
vital su detención. Debía mantener en absoluta reserva sus pasos. Solo
reportaría al presidente de la Nación, nada menos. Era realmente desafiante la
misión, pero el fantasma estaba preparado
Planificó varias
semanas su estrategia. Se hizo pasar por músico de cámara y también por tenor.
Camuflado como tal, se presentó en cuanta orquesta había. Transitó la noche y
los teatros. Los conservatorios y hasta se hizo pasar por artista del under
ofreciendo recitales en los subtes, en las horas pico
Conforme pasaban
las semanas, no lograba el objetivo y las altas esferas gubernamentales estaban
perdiendo la confianza y la paciencia. Tanto que fue convocado un miércoles, y lo
llamaron al orden: “o cumple su misión o le damos de baja del servicio” fue conminado
Resorte más
que suficiente, para que, al día siguiente, apareciera con un detenido,
esposado y con capucha, para preservar su identidad; con grandes alaridos el
reo no dejaba de insistir que era inocente
La prensa en
su totalidad se agolpó en tribunales. Todos querían la primicia; conseguir la
palabra del fantasma, para poner al aire en los noticieros
Llegada la
noche, el fantasma se retira acompañado de una fuerte custodia y antes de bajar
las escalinatas, es sometido a los flashes de las fotos y luces de las cámaras,
del periodismo gráfico, escrito, radial y televisivo. Era el hombre del momento
Respondía amablemente
cada pregunta, hasta que finalmente logró retirarse.
Muchos años
después el famoso caso de la banda del coro y su líder pasó al olvido.
Pero en la
escuela de música de la localidad vecina, todos los jueves se congregan en las
calles, para reclamar por la libertad del Sr. Horton, director del coro estable
del municipio, quien fuera detenido sin causas ni antecedentes y encarcelado sin
juicio
Moraleja: Nadie preguntará cómo, mientras consigas los resultados
Ex ce len te!!!
ResponderBorrarGracias querido amigo !!!
BorrarY claaa... quien iba a dudar? Haste fama, y... a descansar!! Abrazooo
ResponderBorrarAsí es... abrazo grande amigo
ResponderBorrarEl personaje de tu obra siente más amor por su fama que por la actividad que lo encumbró a ella, por tal motivo, prefirió perder los escrúpulos y culpar a un inocente, antes que perder su imagen y popularidad.
ResponderBorrarMe gustó tu relato, describe una situación que puede darse en cualquier actividad de alta responsabilidad donde el involucrado debe lidiar con la ansiedad de encontrar resultados positivos de forma casi inmediata, sin sucumbir a la presión que ejerce la expectativa social o popular que finalmente lo endiosa o sentencia. De allí que, en la vida real cuántos exitosos cayeron en la tentación de la mentira o en la corrupción para no perder su fama (y muchas veces les funcionó el ardid, pues su renombre los garantiza y respalda)
Nuevamente felicitaciones por tu trabajo y gracias por obsequiarnos esta excelente lectura
Buen día Juan Carlos. Gustoso de recibir su comentario y un placer "conocerlo" a través de este medio. Tal como lo expresa, el personaje priorizo la misión por sobre su dignidad. Cualquier parecido con la fantasía es pura realidad... le dejo mi saludo. Paz y Bien
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