Crujen maderos resecos de savia
Sin verdes hojas sus ramas
Ya no agitan su espesura
Frondosas copas de poda se visten
Leños ofrendan su calor
A fogones nocheros
Para la mañana cenizas serán
Cuidado por la mano curtida del
hombre
Será fértil la tierra
Cubierto por el manto sabio de la
lluvia
Será regado el campo sembrado
Cuando sea el tiempo
Asomarán en brotes y flores
Frescos de polen y colores
Retoños nutridos de savia
Raíz y tallo
Volverán a ser madera
Si es bueno el árbol
De lejos se percibe
Como Magnolia que luce
Entre medio de arbustos y
malezas
Su blanca belleza y su perfume
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