No me dan los números

El sistema bancario me considera un perfil inversor conservador, por el bajo riesgo que “prefiero” asumir, en virtud de la hecatombe financiera del año 2001, que me ha dejado secuelas irreversibles de orden económico y más que nada personal

Así y todo, soy parte de los consumidores, no por gastador compulsivo, sino para satisfacer la canasta alimentaria y demás accesorios que componen el cotidiano vivir.

En un País donde el mercado es “para todos”, se vive recibiendo permanentes bombardeos de “Grandes Beneficios” vestidos de ofertas imperdibles, donde una vez más pone a prueba, no solo mi sentido del humor sino mi inteligencia

No por creer que soy un vivo bárbaro. Sino porque hace muchos años, mi señorita Giovanna me enseñó que 1 + 1 indefectiblemente es 2

Siendo así, un 25% de descuento con tantas restricciones, casi que me obliga a prestarles dinero, para que puedan sostenerse

Pensaba en mi querida Señorita Giovanna; porque si gasto 100.000 Pesos en lugar de descontarme 25.000 pesos, solo descuentan 4.000 pesos… pobres chicos los que desarrollaron esa promoción; vaya a saber quién los educó

En el humilde barrio donde me crie a eso le decíamos trampa. Podrán disfrazarlo como quieran y refugiarse en los aspectos legales que seguramente abundan “para proteger la economía y la cadena productiva”; lo seguro es que, si alguno tiene ganas de hacer cuentas 25% de descuento con un tope máximo de descuento similar a dos leches, viene a ser algo así como una tomada de pelo

Aunque me alienta saber que nos parecemos en lo conservador. De mi parte porque ya he sido víctima del mismo sistema y camino con pie de plomo, para cuidar el bolsillo. De su parte porque solo saben recaudar poniendo una carnada en el anzuelo esperando el pique hasta que el cardumen se extinga