Surcando el mar de los instintos a tientas las olas acarician la ribera. En un ir y venir insinuante tientan a adentrarse en lo profundo de sus aguas. La marejada y su bravura tiñen de blanca espuma las húmedas arenas donde se yergue el faro que penetra con su luz hasta la calma donde nacen las mareas
Según la imagen, antes que caricias son "cachetadas" que las olas del mar dan a la ribera.
ResponderBorrarBonito poema.
Buenas noches, Patricio.
Muchas gracias Elsa !!
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