Hace algún tiempo atrás

El chico que jugaba honrando a su niñez, mágicamente un día dejó de remontar barriletes y en un abrir y cerrar de ojos en sus brazos acunó los sueños de dos niñas que llenaron de ternura mi vida.

Me llamaban Papá y me enseñaron a ser tomado de su mano y de repente pasé a preparar mamaderas y contar cuentos en las siestas

Aprendí mientras crecían y como aquel niño que jugaba, mágicamente un día aquellas manitos que sostenía fueron en busca de su camino

Han visto. Cada vez que estamos juntos, como las observo sentado en un rincón. Cómo han crecido hijas mías y en lo más profundo las veo como entonces, cuando jugábamos a tomar el té o con maderitas armábamos una casita y una caricia de realidad me estremece cuando Olivia me recuerda que hay que jugar a las escondidas y Catalina se hace escuchar desde la panza¡!

Si alguna vez no supe decir lo que entonces sentía, en mis ojos húmedos de emoción verán reflejada su vida

Son todo. Mis latidos, mi sonrisa y el amor que me dan como cuando tomaba sus manitos

Gracias, hijas por haberme enseñado a ser Papá