sábado, 27 de mayo de 2023

Los pétalos de Margarita

Mi casa era como una especia de brújula

Al frente un jardín y a en la vereda una bajadita con escalones a la calle. Al fondo Doña Berta

En uno de los lados de mi casa, vivía Doña Delia, con Don Mario, y sus hijas Liliana y Adriana; y al otro Don Coria y Doña Angélica con Nenin (Luis) su hijo

Hasta que nos mudamos de allí, ese esquema siguió por años

Cosas de entonces (a los chicos no se les daba mucha explicación) mis viejos recibían a los muchachos del barrio con sus novias, en casa. A mí me daba mucha vergüenza, porque si bien eran más jóvenes que mis viejos, eran bastante más grande que yo y por conocerme me perdonaban las macanas que me mandaba en la calle; entonces cuando venían, debía comprobar si tenían “códigos” para que no me manden al frente contándole al viejo, que era el más jodido

Pero no hizo falta. Eran piolas los muchachos; solo quedaba con alguna mirada poniéndome en mi lugar, como diciendo “no te pases de vivo, porque cagaste”

Como también tenía códigos, no pasaba esa raya y pasábamos el momento en paz

Venia Tuichi el tintorero con su novia que no era japonesa. El manco, hermano de Benito, el hijo del pocero; ese salía con una rubia hermosa, que era tía de mi amigo Fabian; y venían otros dos o tres más, que siempre los veía como picaflores revoloteando alguna mina

Les conocía el peligre; pero la edad me jugaba en contra y los oficios sociales de entonces no daban crédito para que un chico contara su verdad y fuera creída

Fua así, que un día cayó el Nenin con Margarita. Una chica muy bonita, que vivía del otro lado de la estación de tren

Además de hermosa era buenísima y nos trataba con mucho amor. Se hizo muy amiga de Mamá y sus padres y hermanos también eran encantadores.

Quien se expresa es la mirada de un nene. No entendía mucho de amor; pero la verdad es que siempre me pregunté que le vio Margarita a Nenin.

Con el tiempo se casaron y pronto Margarita quedó embarazada y transcurridos nueve meses, nació Diego; un bebe hermoso con los rasgos de la Mamá

Sin que el recién nacido alcance el año, comenzaron o tal vez continuaron los problemas. De esas cosas no se hablan… y era lógico, pero tan previsible como que la mitad de dos es uno y era tan notorio, que un chico se dio cuenta

Mis viejos intentaron “ayudar” a la pareja, para que recompongan las cosas; pero no era un tema de terapia; era un tema de alcohol y violencia

Violencia que Margarita decidió, para aquella época, hacerle frente y se fue a casa de sus padres con la criatura

Nosotros fuimos varias veces, y Nenin estaba también; muchas veces con el nene en brazos; parecía que se encaminaba el asunto, y Margarita entonces regresó.

Calculo, porque nunca más la vi, que debe haber sido la segunda peor decisión que tomó en su vida (la primera ya la dije), porque fue para peor; recrudeció la violencia y ahora con la intromisión del entorno familiar, lo que convirtió la casa en un infierno; al cual Margarita que era todo dulzura no estaba acostumbrada ni tampoco tenía que hacerlo

Así llego el final de un principio que no debió ser.

Aquella mañana terminó lo que nunca tuvo que haber comenzado. Es como si lo estuviera viendo. Una imagen que llevé por siempre grabada en mis retinas y latiendo en mi corazón. Por años sentí complicidad en el silencio por haber estado en el lugar

Margarita se escapó de su casa, donde la habían encerrado. Un grupo de vecinos, entre ellas mi Mamá, forzaron la puerta y el padre y sus hermanos la estaban esperando en un auto, para llevársela. Todo fue muy rápido. Todo fue muy triste.

Jamás supieron los Coria que ayudamos a escapar a la Mamá y al Bebe

Jamás hable con nadie de este tema, hasta ahora. Lo mantuve guardado como secreto, y vaya a saber porque el reloj del destino quiso que sea este momento para liberarlo y liberarme

Ignoro si ese mismo destino volverá a cruzar esos caminos. Calculo que no. Nenin rehízo su vida, y luego de muchos años murió; desconozco el paradero de Margarita y Diego, que debe andar por los 50 años

Pero… si la vuelvo a ver. Si algún día la vuelvo a cruzar. Luego de intentar decir que soy el hijo de Malena y Mario, le diré que nunca olvidé todo el amor con el que nos trataba. Que nunca olvidé a su hijo Diego y que fue un ejemplo de vida, la valiente decisión que tomo aquella mañana, cuando el mundo de entonces aceptaba y toleraba cosas horrendas como normales y habituales

Desde aquel día supe que era la valentía gracias a que Margarita puso sus pétalos arriba de la mesa

 

Imagen: https://ciudaddelosninosdecarbajosa.es/club-de-animacion/alza-tu-voz-contra-la-violencia-de-genero/

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