Atrapado
quedó dentro del vagón del subte pensando porqué le tuvo que pasar justo a él. Nadie
escucha el abrumador sonido de su pena. Impaciente mira el reloj una y mil
veces. Un grito visceral y desgarrador insulta en lenguas extrañas mientras le
da golpes a la puerta que no abre a pesar del cartel indicador “PULSAR EN CASO
DE EMERGENCIA”. Una dotación de bomberos lo rescató dos días después. Lo
encontró afónico con la radio portátil pegada a su oído. No pudieron llegar antes.
Había millones de personas en las calles celebrando el campeonato mundial
Supongo que no fue real o si?
ResponderBorrarEl lector decide
BorrarLas prioridades tergiversadas... Como tantas cosas!.
ResponderBorrarMuchas Gracias por comentar. Paz y Bien
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