Víctor Eduardo Raúl
Simple y
humilde. Así se presentaba. Así se llamaba. Esos eran sus nombres
Contaba su
abuela Hilda que los hábitos costumbristas de entonces así lo establecían. Poco
debía llamar la atención entonces que llevara los nombres de sus abuelos
materno y paterno (Víctor y Raúl) y de este modo la familia rendía homenaje póstumo;
sumado además al sello distintivo, el nombre de su padre (Eduardo) que además inauguraba
su título honorífico y adornaba así el apellido Gazo que con tanto orgullo
llevaba
Con el mismo
orgullo, altivó marchó Eduardo hasta el registro civil, a inscribir a su primogénito
Linaje que
ha de llevar para toda la eternidad. Todo el peso de su árbol genealógico
llevaba el recién nacido
Una carga
que años más tarde comenzó a preocupar primero y a causar problemas después,
sin que nadie se explique el motivo
Pobrecito el
niño, que ni apodo le permitían llevar.
Cada vez que
se presentara o lo llamaran sus padres, era referenciando el nombre completo.
Nada de andar ahorrando la cita distintiva de su identidad.
Sentían que le
otorgaban al pequeño, un sentido de pertenencia, casi de realeza y además un
distingo respecto de sus amiguitos del barrio, que tenían nombres sin estilo y apodos
comunes
Conforme
pasaban los años, creció en edad y fue enviado a las mejores instituciones,
para que su educación fuera la mejor
Por eso fue,
que nunca nadie supo jamás, que fue lo que pasó
Inexplicable
y doloroso para él, que todos los días se preguntaba, cuál era el motivo por la
cual comenzó a ser dejado de lado, en todos los ámbitos donde se presentaba
Le deslizaban
excusas con un sesgo subliminal, en el mejor de los casos; y en otros
directamente lo rechazaban sin vueltas
Lo que
comenzó siendo una sensación, se confirmó con la cruda realidad. Eran sus
nombres los que causaban su no inserción y rechazo, en cualquier ámbito
Decidido a
resolver esta situación, transitó por cuanto especialista tratara temas
derivados de relaciones conflictivas
Pero nunca
daba con el profesional adecuado y jamás supo como responder la cantidad de porqué
que le preguntaban
Cómo
saberlos, si en verdad los ignoraba
Hasta que un
día, alguien le comendó que asista a una grafóloga que atendía personas con
problemas, y marchó entonces donde la especialista
Aguardó su
turno en una salita con un foquito de muy baja intensidad lumínica. Pensaba
para sus adentros “será para reflexionar”
De repente se
abrió una puerta y fue llamado como lo educaron. Sus tres nombres retumbaron en
la salita. Sintió por primera vez, lo que causaban al escucharlos
Se acomodó
en un sillón, frente a la grafóloga, quien le dio una cantidad de hojas vacías.
Algunas en blanco y otras con renglones. Un lápiz, una lapicera y una pluma
Le pidió que
siga sus instrucciones y fue así como, primero dibujó, luego escribió lo que la
especialista le redactó; seguidamente le dijo, que escriba libremente, acerca
de lo que el quisiera, pero debía hacerlo en un minuto; por último, le pidió
que firmara todas las hojas y le dijo que regrese en una semana, a recibir el
informe
Pasado el
tiempo volvió. Más ansioso que cuando asistió a la visita. Puntual como siempre
y muy bien vestido; siempre cuidaba su imagen
Cuando le
tocó su turno, la cara de la grafóloga ya no era la misma que la semana
anterior. Gesto adusto. Rostro muy serio y mirada esquiva. Le hablaba con
autoridad castrense sin mirar sus ojos. No evadía su rol profesional, pero a
las claras era evidente que quería terminar rápida y que se marche
Ya no le
quedaban dudas a Víctor Eduardo Raúl. Algo de su persona, transmitía o generaba
una atmosfera negativa y de rechazo. Juntó coraje y la encaró a la especialista
en analizar la escritura
“Sepa
disculpar Señora. Pero quisiera saber que hice que la ofendió tanto”
MIRE SEÑOR,
SOY UNA SEÑORA MAYOR; HACE AÑOS ME DEDICO A ESTO. HE TRATADO CON MÁS DE CIEN
MIL PACIENTES Y USTED ES EL ÚNICO QUE SE INSINUÓ DE UN MODO DESCUBICADO Y PROCAZ.
USTED TIENE UN SERIO PROBLEMA DE IDENTIDAD QUE PROVIENE DESDE SU PROPIA RAIZ GENEALÓGICA QUE CONSIDERO IRREVERSIBLE. POR MI PARTE LE RUEGO NO SOLO QUE SE RETIRE DE MI VISTA, SINO
QUE NO VUELVA NUNCA MAS¡!!
Antes de salir, le entregó una carpeta, prolijamente acomodada, con carátula y separadores, sus trabajos y el informe
En el viaje
de regreso leyó; primero el informe y luego desando el camino, leyendo palabra
por palabra y no encontró nada ofensivo o alusivo a un lance fuera de lugar
Hasta que… recaló
en su firma y allí comprendió todo
Ante la
posibilidad cierta, que no quepa en los espacios destinados para la firma, había
acostumbrado a firmar con las iniciales de sus nombres y el apellido, para que
no sea demasiado extenso
La que tantos
problemas le trajo estaba atado al linaje tan cuidado, tan pulido y lleno de
honras póstumas a sus antepasados
Desde ese
momento, firmaba escribiendo su nombre y apellido completo, evitando aclaración,
así no disponga de espacio
Esa era la
maldita solución. De haber sabido, hace tiempo hubiera dejado de firmar como
V.E.R GAZO
Imagen: https://serenelmundo.com.ar/podcast/herencia_transgeneracional_historias_heredadas/
Claro que sí!!!, es buenisimooooo, jajaja, abrazo enorme!!!
ResponderBorrarGracias Bebote !!! Fuerte abrazo
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