Domingo
de elecciones partidarias. Cuando se enteraron de su ausencia no les gustó para nada. Fue una decepción muy grande para todos ellos
La atmósfera enrarecida cambió rotundamente el aire de camaradería que solía abundar
El espíritu de cuerpo del grupo te bancaba cualquier patinada;
menos un desaire. “Cómo nos hace esto??” era la frase que más repetían
Estaban verdaderamente ofendidos por la actitud de Juan; “estas cosas se hablan en el seno de nuestras reuniones” “ES UN TRAIDOR ¡!” bramó el Sergio, visiblemente más molesto que el resto
Por supuesto que lo iban a esperar. Tenían un decálogo de
cuestionamientos. Ni siquiera le iban a aceptar explicaciones
Coincidían todos, que su accionar merecía el peor de los castigos: Ser expulsado del grupo
Resultaba una deshonra que desprestigian la esencia y el acervo cultivado de toda la vida
De repente… Juan asoma por la puerta del billar
No parecía intimidado. Todo lo contrario. Avanzó seguro a la mesa de siempre. Las luces fuertes y bajas sobre el paño verde junto con el humo del cigarrillo le daban una escena de encuentro entre gánsteres que debían ajustar cuentas
En cierta forma lo era
A paso firme se acercó Juan; la mirada clavada en sus ojos; no se escuchaba ni el golpe de los tacos sobre la bola blanca
Acercó la silla; se sentó al revés; con el respaldo de frente y
sin vueltas los encaró: “SUPE QUE ANDUVIERON HABLANDO DE MÁS…” y siguió “ESAS COSAS NO SE HACEN; PARECEN FARISEOS”
Para que… se armó un despelote tremendo. Insultos; intentos de agresión; corridas por las instalaciones.
Tanto fue el alboroto que cayó la policía a poner en orden la cosa
Tardaron bastante en acomodar la situación. Los ánimos no eran los mejores y hasta el pobre del Augusto, que como no pudo responder cómo se llamaba por el pedo que tenía, se lo llevaron para averiguación de antecedentes
El mismo comisario, en persona, se encargó del interrogatorio. “ALGUIEN
ME PUEDE EXPLICAR EL MOTIVO DE ESTA BATALLA CAMPAL ENTRE AMIGOS DE TODA LA VIDA ¿?”
Fue entonces el Sergio (que para esa altura tenía el ojo en
compota) ya más calmo que tomó la palabra “ES QUE JUAN, TRAICIONÓ LA RAÍZ DE NUESTRA CONVICCIÓN; NO FUE CAPAZ DE EXPLICARNOS SU VOTO”
“QUE TIENE USTED PARA DECIR JUAN” preguntó el Comisario, ya con
más ganas de tomarse las vacaciones acumuladas que de seguir con esto…
Sin inmutarse y sin levantar el tono de su voz, Juan responde “LOS DOMINGOS NUNCA FALTO A UNA MISA”
El comisario a punto de estallar exclama “PERO AMIGOOO UNA VEZ QUE FALTE A MISA NO PASA NADA”
“PARA USTED NO; PERO YO SOY EL CURA”