Trazos sobre un blanco lienzo nada dicen para quien ajeno ve
La obra terminada es apenas la fruta de un árbol regado de inspiración
Poco aprecian los ojos como adornos
Mirar es observar detenidamente. Atender sin perder detalle. Ir más allá de la imagen
Aun de oscuridad cegado encerrado entre cuatro paredes la luz de la esperanza mis pupilas distinguir claras una salida
Estremecerse mi piel por la tersura suave de una caricia que el susurro
De una travesura eriza de ternura al mago que hechiza
Quien te ha visto y quién me ve pintando versos sobre un papel
Nada dicen para quien espera perdices al final... sin saber que la fruta es la raíz que la pluma escribiente
Riega su inspiración por mirar más allá de su sentir
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