Había una vez un día disfrazado de tiempo
En
una esquina y a todo el que pasaba
Por
su vereda chistaba por distraídos
Mirando
las horas pasar
Perdidos
y desorientados
Sin
embargo, eran seguidos
Por
aquellos interesados
En llegar
a ningún destino
No
vaya a ser que deban
Hacer
algo con su propio esfuerzo
Un
día se cansó el día enojado
Con
el almanaque
Porque
nunca le había contado
Que
cada 24 horas
Empezaba
y se terminaba su vida
Cuentan
que desde entonces
Las
horas se apoderaron
De
los distraídos y sus vidas
Encerraron
como arena
Dentro
de un cristal
Perdidos
y desorientados
Ni
siquiera se dieron cuenta
Para pensar...hay muchos distraídos (o se hacen), parecen desorientados pero piensan que tienen la bola de cristal en sus manos. Me gustó el escrito. Buenas noches Patricio. FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR.
ResponderBorrarAunque con un día de retraso, Feliz Día para vos también. Paz y Bien
Borrar