Tiempos
de pandemia
Corona
Virus. COVID 19, que ya va por el 21
Días
raros los que corren.
Horizonte
más de esperanza en el espíritu que por lo que se aprecia hay allá, delante de
nuestros ojos
Se
nota claramente, como fue causando efecto este bicho, que parece que llegó para
instalarse. No está dicho desde lo científico médico o estadístico. Sino más
bien, por una visión de cómo le pegó a cada uno, el encierro, el no verse con
los seres queridos, el abrazo y la juntada con amigos, que tanto nos identifica
a los criollos… y para mi… digo solo para mi… algo nos tocó en el balero; que
se yo, podría entrar por la puerta del misticismo, de la espiritualidad, pero
bueno, eso siempre lo hago, así derive este pensamiento al menos, para ese
costado; y la verdad, es que se nota, o al menos aprecio que efectivamente
algo, bastante o mucho, nos afectó al bocho esta porquería
Lo
ves en la calle, o cuando conversas con algún amigo… te das cuenta como
trastocó hasta el habla. Es como que no están alineados los patitos; piensas
una cosa, decís otra, y haces algo totalmente opuesto
Y
allí… la formidable jactancia de saberse mejor que el resto; por cotejar
coherencia; por medir parámetros que no tienen manera de hacerse, por lo menos
con las herramientas de la cotidianeidad, como ser: quien es más inteligente
¡¡?? O “Me veo mucho mejor que el otro”, que, desde luego, no sirven para nada,
a nadie le interesan y tampoco suma, luego del regocijo de ubicarse en lo más
alto de un podio con un solo competidor…
Y como
para prueba basta un botón….
Erase
la mañana de un día perfecto. Vientito fresco. Temperatura agradable y la
ciudad con el número justo de habitantes; como para caminar sin el asedio del
que esta apurado, y de la que quiere ver todas las vidrieras juntas para no
comprar nada…
Manitos
en los bolsillos. Clave para la caminata tranca. Cadencia de los pasos con la
métrica adecuada, el ánimo afinado con la música que provee los auriculares
conectados a la radio del celu; todo parece estar armonioso y condecía con el
ánimo que se cargaba como batería, y se reflejaba en la paz del rostro.
Un
disfrute… único
Hasta
aquella ochava. Semáforo en rojo, para el paso del peatón, un contacto visual,
divisó una figura cuya delicadeza principesca no dejaba de llamar la atención,
más cuando en ese contacto visual también se había enfocado desde el otro lado
de la calle
Había
que cruzarse… era inevitable... Todas las señales orgánicas y gestuales se
encendieron al unísono. Ella, se acomodaba el pelo detrás de la oreja, con
mucha displicencia… Vestimenta casual... atractiva... muy elegante… su perfume llegaba
hasta el centro de mis sentidos, haciendo impacto en el centro del latiente,
que aceleraba con cada señal recibida…
De
este lado, movimiento leve de desinterés, meneando la cabeza, con claro
objetivo de campanear a la belleza que no dejaba de mirar…
El
titilante del semáforo indica que en 10… estaremos frente a frente…Que momento¡!!!
Mil palabras se amontonaban en la puerta
de mi habla, para decirle todo en apenas un segundo…
Y
si… en un segundo, con las manos en los bolsillos y la complicidad de un
cordón, en dos trastabilladas, primero escoré a babor, apoyando toda mi
estructura en una rodilla, asumiendo la posición de Cuasimodo previo a ser
castigado, para posteriormente, caer cual bolsa de papas deshilachada; en un
intento ágil para incorporarme, demostrando que tengo fuerzas de piernas y no
necesito el equilibro de los brazos y mucho menos las manos, que seguían bien
guardadas en los bolsillos, con la música de Phil Collins que sonaba en los
auriculares, me puse de pie, como borracho recién estrenado…y estaban los que
querían ayudar, pero no sabían cómo; los que filmaban la escena con sus
celulares y algunos curiosos que pasaban por allí miraban y seguían de viaje…
“Flaco
estas bien” tiró un solidario motoquero. Si... sssisssi respondí con firmeza
La
Princesa desapareció de entre la muchedumbre, y yo me hice humo rápidamente
Mientras
las manos acompañaban la caminata al costado del cuerpo, y seguía muy de cerca,
las afectaciones de este bicho, a la cabeza de las personas, pensaba para mis
adentros… “Mejor te bajas del podio y te pedís un turnito con el locologo para
hisoparte el balero”
Muy muy buenooooo, excelente!
ResponderBorrarPablo querido, Muchas Gracias !!! Un abrazo
BorrarLeí con curiosidad porque quería saber cómo terminaría el encuentro. El tema es que terminé riéndome por tu ocurrencia del final. Muy bueno el relato. Buenas noches.
ResponderBorrarSi la lectura ocasiona una sonrisa mereció la pena escribirla. Un abrazo. Paz y Bien
BorrarMe sabe a lo que pasó con el mate derramado. Me encanta cómo relatas, lo presencié todo en mi mente.
ResponderBorrarEspero que esté equivocada y no hayas sufrido ese golpe en la rodilla.
Yo tengo otra historia, se quebró mi teléfono y se llevó con él cosas importantes.
Cuídate mucho Patricio.
Hola Viviana. Y sigo derramando el mate.. respecto de este relato es solo fantasía. Lamento la perdida de tantas cosas almacenadas en el celu. Un abrazo. Paz y Bien
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