kapusta con kolwacitsa

Dedicado a regalar sonrisas y reír a carcajadas

Como la tierra voy dando vueltas al sol

Anocheciendo de sueños

Despertando de ilusiones

Reservando espacios que dedico al expresar de mi alma

Todos los días son únicos y cada vivencia trae consigo la intensidad o el cable a tierra

No tengo pertenencias más que las que necesito

Una cantidad de números que me asignaron como identidad y algunas que otras travesuras… que dejo en evidencia cuando solo, me río de ellas

Cuentan que un noviembre en Mar del Plata mis viejos me reconocieron suyo como David Patricio

Consultado al entorno familiar acerca de la veracidad de aquel testimonio, terminé aceptando que me habían dicho ciertamente la verdad, porque no podía ocultar que era y soy

Idéntico a mi Papá, parece que nací fuera de la ley, porque además tuvieron que declararme y fue entonces que aparezco, en los libros del Registro Civil de General Pueyrredón bajo el mismo nombre y en un acto heroico mi padre se hizo cargo y su apellido estampó no solo como parte de mi nominación de pila, sino que mi esencia impregnó para siempre su impronta

Cosas que me encuentro, haciendo, expresando y pensando que parece fuera un calco del viejo Massa. Hasta la cara de traste es copia fiel

Algunos dirán los genes; otros del milagro de la vida y yo, humildemente diré, que simplemente soy su obra

Dedico su vida a formarme

Pobre Papá, no quería que sea como el y termino siendo no solo parecido, sino intentando proceder como lo hacía el

Tipo Fantástico. Serio para decirme las cosas. Muy Duro. Pero me estaba

forjando. Claro, que me revelé; por supuesto que le protesté TODO

Pero también me deje llevar

Te daba una Seguridad tremenda¡!! Tal es así, que el sistema de protección que teníamos era un tornillo que hacía las veces de traba en la puerta de adelante (que encima era con una mampara toda vidriada) y un palo de escoba, que trababa la puerta de la cocina que daba al patio… y por supuesto la indicación: AHORA SOS EL HOMBRE DE LA CASA

Me hizo sacar chapa de “ojo que es el hijo de Don Mario”, el día que delante de todos mis amigos, como Moisés las aguas, abrió dos fierros de la verja de entrada al jardín, donde una nena había metido la rodilla… y por el día que el solo corrió con un cuchillo a un chorro que tenía un revolver… y ni hablar del día que salió a encarar a unos “muchachones” como decían las señoras de la época, que estaban sospechosamente estacionados en la calle donde vivíamos (Campichuelo 982) e hizo que se fueran, pidiéndole disculpas a mi viejo…

Un artista también. ¡¡¡¡Dibujaba como los Dioses, y la ya consabida historia que la tía María Elena consagro a su amado hermanito como Campeón de Tiro en pleno La Falda en Córdoba…!!!!

A veces pienso en Don Gancho, cuando le hablabas en ruso…

Pero… nada como aquel día que me enseñó a rotar en el ataque, jugando al futbol…con cancha embarrada… un día que llovía a cantaros

Fue él… el que me enfermó de futbol y fue él también, el más acérrimo enemigo para que no lo juegue…

Lo hablamos hasta su último día de vida y como aquel chico, no tuve pelotas para decirle que me jodió aquello…

Qué se yo; se estaba muriendo el viejo y era más importante para ambos nos quedemos en Paz que hacer revisionismo

Hasta en eso me enseñó… me miró sin hablar… (un Crack en eso) y me dijo todo. Me apretó la mano muy fuerte y me dijo en voz muy bajita: “perdón hijo…”

Sin palabras que expresar solo atiné a responder ese apretón de manos, con un Juramento: Honrar el esfuerzo y sacrificio, Ser digno de la esencia que su impronta legó en mi sangre y siempre… SIEMPRE seguir adelante y jamás abandonar a pesar de las caídas

No hay vez que no te tenga presente querido Viejo. Seguiré dando vueltas al sol hasta que nos volvamos a ver