La espiga desprende su brizna y a ella no vuelve más
Aun reseca por el sol su dorada figura yergue
En la tierra arada o en la desértica aridez del barbecho
No deja de ser jamás
Monta bravío arión surca los vientos a beber libación
En la fiesta de ambarvalia
Para abrevar en la fuente de Ceres
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