Al frente de algunas cátedras, sostenido en mi sano juicio
expuse que es una brecha tan extensa y tan estrecha como uno pretenda abordarla.
Tanto para quien determina una calificación, como para quien viene por ella… Más
aun, para todo orden de la vida: Ser justo y honesto es el equilibrio pretendido.
El modo que quiero ser. El pico más alto de la cadena montañosa de la vida, donde
se aprecian pocas banderas flamear.
He sido honesto al evaluar y llevarme la sensación que no fui
justo con quien también merecía ser considerado. He sido justo al calificar y retirarme
sintiendo que no había sido honesto al no reconocer el mérito y esfuerzo en el
camino recorrido
Cada año, pensaba y replanteaba el modo de dar mis clases.
Quería aprender de ese bache en el cual solía caer con recurrencia
Claro que es un tema de conciencia llevado a la conducta, que
abarca a todos… y así fue que alguna vez pregunté a los estudiantes, antes de
un examen, luego de horas de cursada, quien consideraba que estaba preparado y
quien llegaba con el conocimiento a medias. El silencio fue la respuesta.
Tiempo después formulé el cuestionamiento desde otro ángulo y entonces pregunté,
quien firmaba aprobar con la nota de menor valor y quien la de mayor puntaje. La
mayoría optó por aprobar por la mínima…
Es que aquello de ser justo y honesto, a conciencia y como
modo de vida, es el pico más alto de la cadena montañosa de la vida, que pocos
se animan a escalar. Tanto es así que pocas banderas se aprecian flamear