Una ruta. Un
camino. Cualquier callecita de barrio, de pueblo, guardan secretos, que
atesoran mil historias.
Que embrujo
encierra, ese aroma a café con leche de merienda o un estofado o un asadito de
domingo ¿? Que al pasar te obliga a desviar tu atención, para saber de dónde
viene….
Que hay
detrás de aquellos árboles, que parecen lejanos, cuando pasamos por una ruta
¿?? Que cosas se esconden al abrir una tranquera…??
Que
capacidad tiene el alma, para dejarse fluir a través de la mente…que llega a
colgarse de las ramas de aquellos árboles, para pensar que quienes estan detrás
disfrutan de sus días de un modo
distinto al resto; que inmediatamente, se pasa a un estado donde es uno el que
vive esa vida; y en ese traslado, no solo mental, parece que nos vemos haciendo
las mismas cosas, que aquellas personas, y nos sienta bien ¡!
Es algo real
o es la imaginación, que libre se deja llevar hasta límites donde todo es posible.
Es un estado
de goce que se nota en el rostro, donde se la pasa bien allí, en medio flores
silvestres, colgado de las nubes, distante de lo terrenal, jugando con los
duendes de la imaginación, que nos llevan a imágenes de verdes praderas, las
que se llevan la mirada, y en la sinuosidad del camino, otra vez imaginar
caminar libremente con los pies descalzos por ese verde que invita desde lejos;
cautiva naturaleza, que sabe su labor, para poner al hombre en su lugar de
origen.
Una leve
brisa, cruza el rostro, y trae aromas de campos sembrados con personas surcando
geografías aradas y colmadas de pájaros que sobrevuelan el terreno en busca de
su alimento, completando una imagen cada vez más interior
Misterio que
sincera la razón con los sueños, y es allí donde se permiten ser la esencia
misma de quien los porta.
Una
desconexión al mundo real, para ingresar por la hendija de los sueños al mundo
donde la posibilidad de volar está latente, y experimentar la sensación de
adrenalina sin impedimento, con el único riesgo de soñar por siempre y no
regresar..
Experimentar
la calma de correr libre por un espacio que nos pertenece. Nadie será dueño de
ese mundo, mientras lo preserves libre de las impurezas del sistema de la vida.
Porque en el
mismo momento, que te está pasando, es ahí, donde comienzas a entender, que
finalmente son los sueños los que te llevan hasta los lugares donde puedas
encontrarte con tu esencia.
Será aquello
que otorgue la esperanza que no todo está perdido. Tan solo, porque cada vez,
que pares a disfrutar del aroma de una magnolia florecida, a colgarte en una
nube, o sentarte a mirar el horizonte, no será en vano, porque es el espacio,
que alguna vez te quitaron en nombre del pragma, que no existe sin la plenitud
espiritual del hombre; y este solo será capaz de resolver un enigma científico,
si cuenta con la creatividad de la imaginación que es libre, y de sueños…para dejarse
llevar por la intriga, bucear por el no saber, hasta descubrir….que hay más
allá, detrás de todas las cosas…